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En el este del del gigante asiático, ubicada en la provincia de Jiangsu, y de la propiedad de China Energy, se encuentra la instalación de captura, utilización y almacenamiento de carbono más grande de Asia.

Asociada a una unidad de generación en la planta de energía de carbón de Taizhou, su objetivo es mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.  Tiene la capacidad de capturar 500,000 toneladas de dióxido de carbono al año. De esta forma China da un paso adelante en su proyecto de reducir su huella de carbono y promover un desarrollo más sostenible. Se emplea tecnología para separar y capturar el dióxido de carbono emitido durante el proceso de generación de energía a partir del carbón.

El anuncio oficial se hizo un día después de que el mismo país pusiera en marcha, a la vez, su primer proyecto de almacenamiento de carbono en alta mar, con el objetivo de capturar y almacenar más de 1.5 millones de toneladas de CO2. Consiste en capturar y procesar el CO2 generado por campos petrolíferos y luego inyectarlo en una estructura geológica submarina a una profundidad de aproximadamente 800 metros y a unos 3 kilómetros de la plataforma.

Y aunque según declaraciones del mismo presidente de China, Xi Jinping, donde indica que la nación alcanzaría su pico de emisiones de carbono en 2030, a su vez aclaró que lograría  la neutralidad en carbono para el año 2060. Importante recordar que actualmente China es el país más contaminante del mundo (28.5% del total global en 2018, según el Global Carbon Atlas) por lo que la misión por mitigar los efectos del cambio climático se ha vuelto prioridad.

Estos procesos de almacenamiento son equivalentes a la plantación de casi 14 millones de árboles.